Edición 13, julio-diciembre 2025
USO DE LA
IA EN LA ENSEÑANZA DEL INGLÉS PARA MEJORAR LA COMUNICACIÓN ORAL Y ESCRITA EN EL NIVEL UNIVERSITARIO
1 M.Sc. José Enrique Chavarría Chavarría,
[email protected]
Licenciado en Ingeniería Industrial, Gestor Regional de Salud y Seguridad en el Trabajo, Instituto Costarricense de
Electricidad.
Código ORCID: https://orcid.org/0009-0004-2650-9152
DOI: https://doi.org/10.64183/h6ak3v95
Recibido: Marzo
2025
Aceptado: Junio
2025
Resumen. Este presente artículo evalúa la integración de herramientas de Inteligencia Artificial (IA), las cuales pueden ayudar a potenciar la comunicación oral, especialmente cuando se habla del idioma inglés; esto ayuda a los estudiantes a mejorar sus habilidades comunicativas de forma oral y escrita; por ello, toma relevancia implementarla en el nivel de la educación superior. Asimismo, se examinan múltiples aplicaciones tecnológicas que facilitan la práctica, impulsan la motivación y refuerzan el compromiso, lo que contribuye al aprendizaje continuo. Además, se analiza el impacto de esta herramienta en la fluidez comunicativa de estudiantes universitarios en cuestión de disponibilidad de tales recursos y la preparación de los docentes en el proceso de enseñanza- aprendizaje. Los resultados sugieren que el uso adecuado de esta herramienta puede potenciar las habilidades y capacidades de comunicación de acuerdo con las necesidades de cada persona; esto se traduce en una retroalimentación personalizada, la cual, si se aprovecha, se podría estandarizar para tener mejores o resultados positivos. De hecho, la comunicación es muy importante, ya que es la base para el cumplimiento del uso del lenguaje de cualquier actividad, función o tarea que estemos desempeñando. Este método responde a mitigar las barreras de comunicación, ofreciendo nuevas oportunidades para el desarrollo académico y profesional de los estudiantes.
Palabras Clave: Inteligencia Artificial (IA), Comunicación, Barreras de Comunicación, Desarrollo
Personal
y Profesional, Enseñanza del Inglés.
USE OF (AI) IN THE EFL TEACHING FIELD TO IMPROVE WRITTEN AND
ORAL COMMUNICATION AT A UNIVERSITY LEVEL
1 M.Sc. José Enrique Chavarría Chavarría, [email protected]
Received: March 2025
Accepted: June 2025
Abstract. This present article evaluates
the integration of Artificial Intelligence (AI) tools, which can help boost oral communication,
especially when speaking about the English language. These tools help students in improving both oral and written
communicative skills, which make their implementation highly relevant at the
higher education level. Furthermore, several technological applications are
examined, as they facilitate practice, support motivation, and reinforce
engagement, all of which contribute to continuous learning. Moreover, the impact
of these tools
on the communicative fluency
of university students
is examined, focusing
on the availability of such resources and the preparation of
educators in the teaching-learning process. The
findings suggest that the appropriate use of these tools can reinforce
communicative abilities according to every individual’s needs, which result in
personalized feedback. If well-applied, this type of feedback could become
standardized, leading to better or positive outcomes. In fact, communication
plays an essential role since it is fundamental to the successful use of
language of any activity, role, or task. This method aims to reduce
communication barriers and offers new opportunities for the academic and
professional growth of students.
Keywords. Artificial Intelligence (AI), Communication, Communication Barriers, Personal and
Professional Development, English
Language Teaching.
Hablar inglés hoy en día ya no es una opción, en muchos casos es una necesidad, sobre todo en el nivel universitario, donde cada vez se exige más a los estudiantes, no solo que comprendan el idioma, sino que lo dominen, especialmente en la parte oral. Es por eso por lo que se ha vuelto urgente encontrar nuevas formas de enseñar, que se adapten a las necesidades de los jóvenes, que tienen otros ritmos, otras maneras de aprender. En ese camino, la Inteligencia Artificial ha comenzado a ser vista como una aliada. Con sus herramientas se puede practicar, repetir, recibir respuestas inmediatas, y eso motiva más que las clases tradicionales. Algunos autores han notado que estas tecnologías aumentan el interés de los estudiantes, los animan a seguir, y hacen que el proceso no sea tan rígido (Chen y Zhang, 2020). También se ha dicho que los docentes pueden tener más apoyo para dar seguimiento a cada estudiante, a como lo comenta Godwin-Jones (2019), porque las plataformas muestran avances, errores, y eso ayuda a enseñar mejor.
En Costa Rica, esto empieza a verse, aunque todavía hay muchas cosas por resolver, por ejemplo, no todos los profesores están listos para usar estas herramientas, ni todas las universidades tienen acceso a la tecnología adecuada, según Camacho y Ramírez (2021). Esta investigación busca conocer cómo estas herramientas, si se usan bien, pueden ayudar a mejorar la manera en que los estudiantes se comunican en inglés, sobre todo al hablar, que es lo que más cuesta. Se quiere aportar algo útil, algo que sirva para que enseñar y aprender inglés sea más accesible, más cercano, y más efectivo.
La tecnología ha cambiado la forma en que aprendemos y enseñamos, y la Inteligencia Artificial aparece como una herramienta nueva que puede ayudar en ese proceso. Woolf (2019) dice que la IA puede adaptar el aprendizaje a cada estudiante, lo cual es muy importante para mejorar la comunicación, sobre todo cuando se aprende inglés. Este idioma necesita práctica constante y recibir correcciones claras para avanzar bien y, que, a su vez, los estudiantes se sientan motivados y confiados en todo su aprendizaje.
Luckin et al. (2016) explican que las aplicaciones con IA ofrecen ejercicios y correcciones rápidas que motivan a los estudiantes y les ayudan a mejorar sin depender tanto del profesor. Eso hace que el aprendizaje sea más activo, dinámico y entretenido, y posiblemente en lo que ofrecen esas herramientas generadas por la IA.
Por otro lado, Chen y Zhang (2020) expresan que la IA puede solucionar problemas típicos como que no hay suficiente tiempo para practicar en clase o que los estudiantes no reciben atención personalizada. Además, permite que los estudiantes practiquen solos, fuera de las clases, lo que ayuda a que aprendan mejor. Ahora no es necesario depender de un salón de clases, la IA se puede implementar en contextos variados. En Costa Rica, donde el inglés es cada vez más necesario, esto puede ser muy útil (Camacho y Ramírez, 2021). Esto es básicamente innovar los procesos de enseñanza-aprendizaje.
Para contextualizar un poco más el trabajo que hace la IA en el proceso de aprendizaje de los estudiantes, Negrete y Mosquera (2025) argumentan que la AI es una gran aliada, ya que les provee de la realimentación necesaria cada vez que los requieren, puesto que de esta forma ellos aprenden a corregir sus errores y a enfocarse en otras áreas para aumentar su desempeño en inglés. En este contexto, los estudiantes tienen claro que el trabajo del docente es esencial y no puede sustituido por la IA, así les dan una gran importancia a los comentarios de sus docentes.
Pero no todo es tan fácil. Godwin-Jones (2019) advierten que, para usar bien la IA, los profesores deben estar preparados, las universidades deben tener buen equipo y todos los estudiantes deben tener acceso a la tecnología. Por ende, se debe invertir en infraestructura, equipos y licencias para equipar bien estos centros educativos para que sirvan de modelos educativos vanguardistas. En Costa Rica, eso puede ser un problema porque no todos cuentan con esos recursos y en el caso de las universidades estatales, estas dependen del presupuesto que se les da anualmente.
En lo que tiene que ver con hablar inglés, Li (2022) encontró que usar programas con IA, como asistentes de voz o programas que reconocen la pronunciación, ayuda mucho a que los estudiantes hablen con más confianza y mejor fluidez. Muchas veces estas herramientas generan más confianza que tener a un docente a la par, pero hay que evitar esa gran dependencia tecnológica. Estas herramientas corrigen la forma de pronunciar y dan consejos al instante, algo difícil en clases normales, en especial cuando es un grupo numeroso.
Además, Huang y Huang (2021) dicen que la tecnología sola no alcanza para aprender bien, porque hace falta la interacción humana, que el estudiante se sienta motivado y que el contexto cultural se tome en cuenta. Por eso, el profesor no desaparece, sino que pasa a ser alguien que ayuda a usar bien la tecnología. En otras palabras, la tecnología pasa a ser una aliada y no una sustituta del trabajo docente. Álvarez y Cepeda (2024), de cierta forma, establecen que la IA es fundamental para los procesos de enseñanza-aprendizaje, y aluden que los estudiantes pueden optimizar su aprendizaje de manera efectiva si se comprometen con él, lo que resulta en un aumento de sus conocimientos en el idioma inglés y, por ende, un adecuado y eficaz uso de este. El uso de la IA tiene que ser un complemento, con el cual se encuentren ventajas para el aprendizaje de los estudiantes en cuanto al inglés.
Finalmente, Martínez y Pérez (2023) mencionan que para que la IA funcione en América Latina, y en Costa Rica en particular, debe adaptarse a las condiciones locales, como las necesidades de los estudiantes y las limitaciones técnicas, para que todos puedan aprovecharla y no se creen más diferencias entre estudiantes. En este caso, deben existir los equipos y espacios necesarios para su implementación, lo que muchas veces es escaso en instituciones públicas; no obstante, con compromiso y voluntad se pueden alcanzar las metas de aprendizaje.
Sumado a esto, es bueno pensar en cómo la IA puede ayudar a que los estudiantes se animen más a aprender y poner en práctica sus conocimientos adquiridos en variados contextos. García y Morales (2020) dicen que usar tecnología nueva como la Inteligencia Artificial llama la atención de los jóvenes y hace que les guste más la materia, especialmente cuando es inglés. Esto pasa porque las herramientas tienen ejercicios variados y que se adaptan a cada persona, así no se vuelve aburrido ni difícil, puesto que se pasa de una forma tradicional de aprender a una más dinámica y significativa.
Sin embargo, no todos tienen las mismas condiciones para usar estas tecnologías. Torres y Salazar (2022) explican que, en Costa Rica, aunque muchas universidades públicas intentan meter tecnología, hay desigualdad porque no todos tienen buen acceso a computadoras o internet, eso hace que la IA no sirva igual para todos. Con base en ello, se debe dotar a los estudiantes con los medios o herramientas necesarias para sacarle provecho a la IA. Todo ello se puede conseguir con la asignación de becas o préstamos de equipos institucionales.
Es importante la preparación de los profesores para que hagan uso de la Inteligencia Artificial o nueva tecnología. Pérez (2021) menciona que muchos quieren usar tecnología, pero no saben bien cómo hacerlo, eso hace que a veces no la usen o no la usen bien, y los estudiantes no aprovechan. Por eso las universidades deberían dar cursos, talleres o capacitaciones para que los profesores aprendan y tengan ese apoyo técnico disponible constantemente.
Sobre hablar inglés, varios estudios dicen que practicar seguido y recibir corrección rápida es muy importante. Martínez y López (2019) dicen que los estudiantes que usan aplicaciones con IA mejoran su pronunciación y se sienten más seguros porque pueden practicar sin miedo a que los juzguen, algo que no siempre pasa en las clases. No obstante, hay que generar confianza para que se apoyen de los docentes, quienes tienen su parte en el proceso de formación de los estudiantes.
Al final, el profesor sigue siendo un recurso importante en la academia. Ruiz (2020) dice que la tecnología no debe reemplazar al profesor, sino ayudarlo, y que el profesor debe enseñar a usarla con cuidado y responsabilidad. Además, ayuda a que el aprendizaje tenga sentido y que haya comunicación entre personas, que es lo más importante.
Finalmente, aunque la Inteligencia Artificial trae muchas ventajas para enseñar inglés, hay que solucionar problemas como el acceso, la formación de los profesores y cómo se usa, para que de verdad sirva en las universidades de Costa Rica. Ayuso y Gutiérrez (2022) explican que, aunque existan limitaciones o desafíos en el uso de la IA, se debe formar a los docentes desde sus inicios para que se familiaricen con los beneficios que este tipo de tecnología puede traer y eliminar las barreras de su implementación dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje y cumplir o alcanzar con los objetivos de aprendizaje propuestos.
Para esta investigación se decidió utilizar un enfoque mixto porque se buscaba combinar números y datos concretos con las opiniones y experiencias reales de quienes están involucrados en la enseñanza y aprendizaje del inglés. La idea era no sólo entender cuánto se usa la Inteligencia Artificial, sino también cómo la perciben estudiantes y profesores, por eso se optó por una investigación exploratoria y descriptiva. Por ejemplo, en Costa Rica, el uso de estas tecnologías en la universidad aún es reciente y poco estudiado, así que esta investigación pretende acercarse a lo que ocurre en la realidad y describirlo con detalle.
El estudio se realizó en una universidad pública costarricense durante los primeros meses del año 2025. La población estuvo formada por estudiantes de la carrera de inglés, quienes estaban inscritos en diferentes cursos de dicha carrera, y por algunos docentes que imparten las asignaturas en el idioma meta. De ese grupo, se seleccionaron 40 estudiantes y 3 profesores, escogidos de forma intencional, principalmente por su interés y disposición para participar y porque tenían experiencia usando herramientas tecnológicas para el aprendizaje del idioma.
Para recoger los datos se aplicaron dos métodos principales. Primero, se utilizó una encuesta dirigida a los estudiantes, con preguntas que buscaban tanto respuestas concretas como opiniones más abiertas sobre su experiencia en uso de la Inteligencia Artificial en su proceso de aprendizaje.
Después, se llevaron a cabo entrevistas semiestructuradas con los docentes, donde se exploraron sus opiniones sobre las ventajas y los retos de integrar estas tecnologías en sus clases. Durante todo el proceso se procuró que los participantes se sintieran cómodos y libres para compartir sus puntos de vista, y así obtener la información necesaria para su posterior análisis.
Los datos obtenidos se analizaron de manera sencilla, pero con la rigurosidad del caso. De hecho, se revisaron las respuestas para identificar patrones, coincidencias y diferencias entre lo que decían ambos estudiantes y docentes. Este método permitió tener una visión completa y realista de la situación. Aunque se presentaron algunas dificultades, como limitaciones de tiempo o problemas de conectividad, se cuidó cada etapa para que los resultados fueran lo más claros y útiles posibles, con la intención de que sirvan de base para mejorar la enseñanza del inglés con apoyo de la Inteligencia Artificial en Costa Rica.
Los datos recabados se obtuvieron con base a el análisis del uso y la percepción de la Inteligencia Artificial en el proceso de enseñanza-aprendizaje del inglés, con base en dimensiones clave que juegan un papel fundamental, llegando a resultados concretos que posteriormente servirán para la discusión e interpretación de estos:
Para que los estudiantes usen las herramientas tecnológicas y aprendan inglés con ayuda de la Inteligencia Artificial, primero deben tener acceso a la tecnología. Según los datos, el 65% de los estudiantes tiene celular o computadora para estudiar eso está bien porque sin esos aparatos no podrían usar las aplicaciones.
Pero el problema es el internet porque sólo el 48% dijo que tiene conexión estable y rápida; eso significa que casi la mitad tiene problemas con la conexión se les cae o es lenta y eso hace difícil que puedan estudiar bien.
En Costa Rica, sobre todo en zonas lejanas o con pocos recursos, el internet no es bueno o se corta mucho eso hace que los estudiantes no puedan usar las plataformas y se les complique aprender cuando la conexión falla se frustran y a veces dejan de usar las herramientas porque no funcionan bien.
Además, los profesores dijeron que en la universidad no hay tecnología suficiente ni buen internet para usar esas nuevas herramientas para enseñar inglés; eso es un problema porque si la universidad no tiene equipos buenos o conexión estable, se dificulta que los estudiantes aprovechen la Inteligencia Artificial.
Esto hace que algunos estudiantes tengan ventaja y otros queden atrás; los que tienen buen internet y mejores dispositivos pueden aprender mejor mientras que otros no eso crea una brecha en el aprendizaje que no debería haber.
Por eso es importante que las universidades y el gobierno mejoren el acceso a internet y den o faciliten más dispositivos, así todos tendrían las mismas condiciones y oportunidades de aprender y usar la tecnología.
En conclusión, aunque muchos estudiantes tienen celular o computadora, la falta de buena conexión y los problemas en la universidad hacen difícil que usen la nueva tecnología para aprender inglés; hay que arreglar eso para que la tecnología ayude y no haga que las diferencias sean más grandes o notorias.
Uno de los puntos clave que se observó en esta investigación fue el nivel de preparación que tienen los profesores para usar herramientas de Inteligencia Artificial en sus clases de inglés. Se encontró que el 66% (2 docentes) ha recibido alguna capacitación en el último año, ya sea en cursos talleres o sesiones organizadas por la universidad. Sin embargo, de ese porcentaje solo el 33% (1 docente) dijo sentirse realmente capaz de aplicar estas herramientas de forma independiente. Es decir, que, aunque algunos han tenido acceso a formación, muchos todavía no se sienten listos para integrar la tecnología en sus clases de manera segura o efectiva.
Los profesores comentaron que las capacitaciones han sido demasiado generales. En lugar de enseñar cómo aplicar estas tecnologías al proceso de enseñanza del inglés, se enfocan más en explicar cómo funciona un programa o cómo usar ciertas plataformas, pero sin relación directa con su trabajo diario en el aula. Esto hace que, aunque asistan a los talleres, luego no sepan cómo aplicar lo aprendido con sus estudiantes.
Asimismo, surgió otro problema, el cual se trató de la falta de tiempo. La mayoría de los docentes mencionó que su carga laboral es muy alta, lo que incluye preparar clases, corregir trabajos, atender estudiantes y participar en comisiones u otras tareas administrativas. Por eso, aunque quieran capacitarse, no siempre pueden hacerlo o lo hacen con prisa, sin tener espacio para practicar o profundizar. Al mismo tiempo, hay una diferencia generacional clara. Los docentes más jóvenes generalmente tienen más confianza con la tecnología y se animan a experimentar más, mientras que los que tienen más años de experiencia suelen sentirse inseguros. No es que no quieran aprender, pero sí necesitan un proceso más gradual y acompañamiento mucho más personalizado para adaptarse. En varios casos, ellos mencionaron que sienten miedo de cometer errores y eso los limita.
Por lo tanto, esto refleja que no se trata sólo de ofrecer talleres o cursos, sino de pensar en una estrategia más completa que permita a los docentes aprender poco a poco, practicar y recibir apoyo. No todos aprenden al mismo ritmo ni tienen el mismo nivel de familiaridad con lo digital. Por eso, es clave que la formación se adapte a las realidades de cada grupo.
Por otro lado, se señaló que muchos de estos espacios de formación se dan fuera del horario laboral, lo que desmotiva o complica la participación. Para que realmente funcione el uso de la IA en el aula, los centros educativos deben facilitar el tiempo dentro de la jornada laboral y brindar apoyo constante, no sólo en el momento de la capacitación, sino durante el proceso de implementación.
En fin, aunque hay avances en la formación docente, todavía falta mucho camino por recorrer. Hay interés, pero también limitaciones reales como el poco tiempo, la falta de orientación práctica y la inseguridad al enfrentarse a nuevas herramientas. Si se quiere integrar la Inteligencia Artificial en la enseñanza del inglés, no basta con ofrecer cursos, es necesario acompañar de verdad a los profesores, escuchar lo que necesitan y darles tiempo y condiciones para aprender.
Motivación y compromiso de los estudiantes
En esta parte del estudio, se analizó cómo se sienten los estudiantes al usar herramientas con Inteligencia Artificial para aprender inglés. Según los resultados, la mayoría dijo que se siente más animada cuando puede usar estas tecnologías. El 72% afirmó que las clases se vuelven más interesantes, actuales y significativas y que eso los hace querer participar más.
Muchos de ellos comentaron que, con estas herramientas, pueden practicar sin miedo a equivocarse porque no hay alguien corrigiéndolos en público. Mencionan que pueden repetir, escuchar o leer las veces que quieran y que eso les da confianza para seguir intentando. Algunos incluso contaron que prefieren estudiar por su cuenta con estas plataformas antes que participar en clase cuando hay muchas personas.
De esta manera, se vio que varios estudiantes aprovechan mejor su tiempo fuera del aula cuando usan estas herramientas porque pueden estudiar a su ritmo en los horarios que ellos deciden. No dependen de estar en el aula ni de que alguien les diga qué hacer. Eso les da más libertad y, en muchos casos, aumenta su compromiso con el aprendizaje.
Sin
embargo, no todo fue positivo. Un grupo de estudiantes dijo que a veces se
siente perdido con tantas aplicaciones diferentes. Alrededor de un 25% comentó que no siempre
sabe cuál herramienta usar ni cómo hacerlo de la manera correcta.
Igualmente, dijeron que, si no reciben apoyo del profesor, se les hace difícil
seguir el ritmo o sacarle
provecho a la tecnología. Esto demuestra que, aunque hay motivación
también es importante el acompañamiento. No basta con tener acceso a
herramientas modernas si el estudiante no recibe orientación. Algunos pierden el interés
después de un tiempo si no ven resultados o si sienten que nadie los guía.
De
hecho, se notó que los estudiantes, quienes ya eran más organizados con sus
estudios, tienden a comprometerse más con el
uso de la tecnología. Ellos la ven como un complemento y la usan con
responsabilidad. En cambio, otros que tienen más dificultad para concentrarse, o no tienen buenos hábitos, pues suelen usar las herramientas
solo al principio y después se desconectan.
Esto indica que la motivación inicial que genera la tecnología es útil, pero que para que se mantenga en el tiempo, hace falta una estrategia clara que combine lo digital con el apoyo humano. El profesor sigue siendo clave para ayudar a los estudiantes a mantener el compromiso.
En resumen, los estudiantes sí se sienten motivados cuando usan la Inteligencia Artificial para aprender inglés. Les gusta la idea de poder aprender a su ritmo y con menos presión. Pero esa motivación, no se mantiene sola. Necesitan orientación, apoyo constante y objetivos claros para que esa energía inicial no se pierda con el tiempo. Si se logra combinar bien la tecnología con una buena guía el compromiso mejora y el aprendizaje de igual modo.
En esta parte del estudio se observó cómo estudiantes y profesores perciben el efecto que tiene la Inteligencia Artificial en mejorar la comunicación oral en inglés. La mayoría dijo que estas herramientas ayudan a que hablen con más fluidez y confianza. Un 68% de los estudiantes dijo que cree que su pronunciación mejoró y que ahora se expresa con más seguridad.
Por un lado, muchos estudiantes dijeron que lo que más les gusta es que reciben correcciones rápidas
y personalizadas. Eso les
permite practicar mejor
y saber en qué fallan. Ellos mismos comentaron que les gusta poder
repetir los ejercicios varias veces sin miedo a equivocarse. Eso les da tranquilidad y ganas de seguir practicando con el uso de
la tecnología.
Por otro lado, algunos profesores notaron que los estudiantes ahora participan más en clase. Dicen que han mejorado la pronunciación y la forma de hablar gracias a estas aplicaciones con Inteligencia Artificial. Aun así, mencionaron que todo depende de que los estudiantes usen estas herramientas con regularidad. No todos usan la tecnología muy seguido. Algunos solo la usan cuando el profesor se los pide o para tareas puntuales. Por eso, los resultados no son iguales para todos. Existen estudiantes que prefieren las clases tradicionales y se sienten mejor hablando con el profesor o compañeros cara a cara.
Es importante que estas herramientas se usen dentro de un plan claro. El profesor debe guiar y motivar para que los estudiantes practiquen más constantemente. Si solo usan la tecnología de vez en cuando sin seguimiento, los avances van a ser pocos.
En resumen, tanto estudiantes como profesores creen que la Inteligencia Artificial ayuda a mejorar la comunicación oral en inglés. Poder practicar a su ritmo y recibir corrección rápida son ventajas. Pero para que estas mejoras duren es necesario usar la tecnología con regularidad y con el apoyo del profesor dentro del proceso de aprendizaje.
En esta sección del estudio, se analizaron las principales dificultades que enfrentan estudiantes y profesores para usar la Inteligencia Artificial en la enseñanza del inglés. Según los datos, un 60% señaló que el acceso a la tecnología es un problema importante. Muchos no cuentan con dispositivos adecuados ni conexión estable para aprovechar bien las herramientas digitales.
Conjuntamente, se encontró que algunas aplicaciones no están adaptadas al nivel de los estudiantes ni al contexto local. Esto provoca que se frustren o pierdan interés porque las actividades les parecen complicadas o poco útiles.
Otro punto que se destacó es la falta de apoyo técnico constante. Algunos profesores dijeron que reciben capacitación inicial, pero después no tienen ayuda cuando surgen dudas o problemas. Eso limita el buen uso de la tecnología.
En dicho proceso se observó que hay cierta resistencia al cambio. Algunos prefieren los métodos tradicionales y desconfían de las nuevas herramientas. Esto hace que la integración de la Inteligencia Artificial en las clases sea más lenta.
Finalmente, muchos señalaron que la carga de trabajo y la falta de tiempo dificultan que se familiaricen bien con la tecnología. Profesores y estudiantes sienten que sus horarios no les permiten dedicar el tiempo necesario para aprender y practicar.
Para culminar, las barreras más notorias son el acceso limitado a tecnología, la falta de adaptación de las aplicaciones, el poco apoyo técnico, la resistencia al cambio y la falta de tiempo. Para que la Inteligencia Artificial aporte realmente a la enseñanza y el aprendizaje del inglés, es necesario superar estas dificultades.
Al ver todo lo que se encontró en las cinco dimensiones, se puede decir que la Inteligencia Artificial sí está ayudando a mejorar el aprendizaje del inglés sobre todo en la parte oral, aunque todavía hay cosas que hacen que no se aproveche al máximo.
Con respecto a los estudiantes, la mayoría comentó que le gusta usar estas herramientas porque sienten que aprenden mejor y que tienen más confianza para hablar. Ellos expresan que es más fácil practicar cuando lo hacen a su ritmo y sin miedo a equivocarse.
En relación con los profesores, algunos están interesados en usar la tecnología, pero no todos saben cómo hacerlo o no tienen el apoyo que necesitan. Algunos apenas están empezando a probar estas herramientas y otros sienten que les falta tiempo o formación para usarlas bien en sus clases.
Asimismo, se vio que cuando se usan bien estas herramientas, los estudiantes se motivan más y participan con más empeño y voluntad. Pero esa motivación puede disminuir si no hay un seguimiento o si no se usan con frecuencia. No se trata solo de tener la tecnología, sino de saber cuándo y cómo usarla.
Varios estudiantes y profesores dijeron que sí han notado mejoras en la manera de hablar inglés gracias a la Inteligencia Artificial. Por ejemplo, en la pronunciación, en la seguridad para hablar en público y en la forma de expresarse. Pero no todos tienen las mismas oportunidades porque hay quienes no tienen buen internet o no saben cómo usar las aplicaciones.
Sobre todo, hay personas que todavía prefieren las clases como eran antes (tradicionales) y no se sienten cómodas con los cambios innovadores. Eso, por consiguiente, afecta porque si no hay disposición para probar cosas nuevas, el avance se hace más lento.
Para cerrar, la Inteligencia Artificial puede ayudar mucho en el aprendizaje del inglés en la universidad, pero hace falta apoyo hace falta tiempo hace falta orientación y también hace falta que todos tengan acceso a los recursos. Si se mejora eso se puede lograr un impacto más fuerte y parejo para todos.
Figura 1. Análisis global del uso de IA em el
aprendizaje de Inglés.
Fuente:
Elaboración propia (2025)
Nota:
Dicha ilustración muestra los resultados en términos positivos o negativos, con
respecto a la evaluación.
A lo largo de este trabajo, fue evidente que la Inteligencia Artificial está abriendo nuevas formas de enseñar y aprender inglés en las universidades. Los estudiantes han dicho que se sienten más seguros cuando practican con estas herramientas y que hablar inglés ya no les da tanta pena como antes. Ellos comentaron que al poder practicar a su ritmo y repetir las veces que necesiten, aprenden mejor.
Adicionalmente, los profesores han notado cambios en el aula. Han visto que algunos estudiantes participan más y se animan a hablar sin tanto miedo. Sin embargo, no todos los docentes tienen la preparación ni el tiempo para usar bien estas tecnologías. Muchos necesitan más apoyo más formación y también más espacios para experimentar sin presión.
No todo en este proceso arrojó datos positivos. Se encontró que hay estudiantes que no tienen computadora o buen internet. Aparte de ello, que hay quienes prefieren los métodos tradicionales y no se sienten cómodos con la tecnología. Eso hace que el avance no sea parejo para todos y que algunos se queden atrás, aunque tengan el interés de aprender.
Aunque hay limitaciones, queda claro que la Inteligencia Artificial sí puede ayudar mucho si se usa con sentido y si se adapta a lo que cada grupo necesita. Lo más importante es que los estudiantes tengan acceso que los profesores se sientan acompañados y que se aproveche lo que estas herramientas pueden ofrecer sin dejar de lado el papel humano del docente.
Se le agradece a la Universidad Nacional de Costa Rica por el respaldo brindado para la realización de este trabajo. De igual forma, extiendo una enorme gratitud a los estudiantes y docentes que me apoyaron y acompañaron este proceso con orientación y compromiso académico.
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